Nuestra historia

Comienzo

La historia de la Associació d’Amor als Animals Maria Adam empieza en los años 50, en la calle Sant Lluís de Gavà, un pueblo pequeño en el que la convivencia con los animales era lo habitual: tardes donde niños y animales jugaban y compartían su tiempo.  Esa fue la infancia que vivió Dolors Llagostera –fundadora de la asociación- y que gestó en ella un profundo y sincero sentimiento de amor hacia los animales que con los años nunca ha dejado de crecer.

Dolors y Maria Rosa

En casa, de la mano de su madre Maria Adam y de su padre Antonio, Dolors y su hermana Maria Rosa también aprendieron a compartir su vida con los animales. Cuando llega a la adolescencia, acompañada de otros jóvenes, abriría camiones del ayuntamiento para liberar a los animales que se llevaban para sacrificarlos. Eran, en muchos casos, las mascotas de vecinos y amigos que no llevaban collar, ya que era una época en la que todos los vecinos compartían vida y casa con sus mascotas en un ambiente de libertad.

No solo libera a animales, sino que Dolors también empieza a esconder en su habitación perros y gatos para poder cuidarlos. El amor hacia todos los animales se vuelve cada vez más fuerte hasta que a sus 18 años llega Tanit, una Setter Bretón, la primera mascota propia de Dolors, con la que sella una historia de amor que llega hasta el día de hoy, pues vive con la cuarta generación de Tanit, su primera setter.

Dolors y Marc

Con 40 años, Dolors y Marc, deciden irse a vivir al campo y convertir su casa en un refugio de acogida. A título personal deciden dar cobijo a aquellos animales abandonados que necesitaban un hogar ante la pasividad de las instituciones y de la propia gente del pueblo, llegando a acoger a más de 30 mascotas, los animales necesitados de la zona.

Robin

En 2002 llega Robinson Varón, quien se convierte en guardés del refugio y ayuda a Dolors a cuidar a todos los animales que han ido rescatando, que cada vez son más. Pero el coste de acoger a tantos obliga a Dolors, unos años más tarde, a buscar ayuda económica para poder seguir ofreciendo una vida digna a todos los animales bajo su cuidado.

Sandra

Es por ello que en 2007, con la inestimable ayuda de Sandra Romero, y con la voluntad de buscar socios que puedan ayudarla a mantener el refugio, decide crear la Associació d’Amor als Animals Maria Adam en honor a su madre, Maria Adam, la mujer de la que aprendió ese amor incondicional por todos los seres de la naturaleza.

Eli

En 2008, con la asociación en marcha, llega al refugio Elizabeth Santa junto a sus hijas. Eli se convierte en la persona de confianza de Dolors, además de ser a día de hoy, la encargada del bienestar de todos los animales del refugio creando junto a la fundadora, un espacio en el que todos los animales bajo su protección son la prioridad.

Crecimiento

Con los años la asociación sigue creciendo porque se siguen acogiendo a los animales que lo necesitan, lo que ha generado más responsabilidades y nuevos retos por lo que se hace indispensable la ayuda de más colaboradores, socios y voluntarios. Desde aquí, la Associació quiere agradecer la enorme ayuda que ya nos ofrecen todos los socios, padrinos, voluntarios y colaboradores ya que, sin ellos, este proyecto de amor animal y humano no sería posible, y seguimos queriendo ampliar esta familia que vela por el bienestar de todos, los que están y los que necesitarán estar.

En la actualidad

La Associació d’Amor als Animals Maria Adam nace con la voluntad de ofrecer amor y cariño a todos los seres vivos: personas y animales. Este es un proyecto humanista y animalista que funciona gracias al apoyo de muchas personas y familias, tanto las que forman parte de la asociación y viven en la Masía, como las que ayudan en el día a día de nuestro refugio. Esa es la razón por la que no nos gusta ser considerados una protectora: somos una asociación de personas que cree en la importancia del cooperativismo, en la importancia de que todos los refugios nos ayudemos mutuamente para dar una segunda oportunidad a todos estos animales, porque sabemos que trabajando y colaborando juntos podremos darles una vida feliz y justa. Y es este amor compartido lo que nos convertirá en una sociedad más justa y sin duda más feliz.

Dolors y Maria Rosa

En casa, de la mano de su madre Maria Adam y de su padre Antonio, Dolors y su hermana Maria Rosa también aprendieron a compartir su vida con los animales. Cuando llega a la adolescencia, acompañada de otros jóvenes, abriría camiones del ayuntamiento para liberar a los animales que se llevaban para sacrificarlos. Eran, en muchos casos, las mascotas de vecinos y amigos que no llevaban collar, ya que era una época en la que todos los vecinos compartían vida y casa con sus mascotas en un ambiente de libertad.

No solo libera a animales, sino que Dolors también empieza a esconder en su habitación perros y gatos para poder cuidarlos. El amor hacia todos los animales se vuelve cada vez más fuerte hasta que a sus 18 años llega Tanit, una Setter Bretón, la primera mascota propia de Dolors, con la que sella una historia de amor que llega hasta el día de hoy, pues vive con la cuarta generación de Tanit, su primera setter.

Dolors y Marc

Con 40 años, Dolors y Marc, deciden irse a vivir al campo y convertir su casa en un refugio de acogida. A título personal deciden dar cobijo a aquellos animales abandonados que necesitaban un hogar ante la pasividad de las instituciones y de la propia gente del pueblo, llegando a acoger a más de 30 mascotas, los animales necesitados de la zona.

Robin

En 2002 llega Robinson Varón, quien se convierte en guardés del refugio y ayuda a Dolors a cuidar a todos los animales que han ido rescatando, que cada vez son más. Pero el coste de acoger a tantos obliga a Dolors, unos años más tarde, a buscar ayuda económica para poder seguir ofreciendo una vida digna a todos los animales bajo su cuidado.

Sandra

Es por ello que en 2007, con la inestimable ayuda de Sandra Romero, y con la voluntad de buscar socios que puedan ayudarla a mantener el refugio, decide crear la Associació d’Amor als Animals Maria Adam en honor a su madre, Maria Adam, la mujer de la que aprendió ese amor incondicional por todos los seres de la naturaleza.

Eli

En 2008, con la asociación en marcha, llega al refugio Elizabeth Santa junto a sus hijas. Eli se convierte en la persona de confianza de Dolors, además de ser a día de hoy, la encargada del bienestar de todos los animales del refugio creando junto a la fundadora, un espacio en el que todos los animales bajo su protección son la prioridad.

Sergio y Gábi

En enero 2013 se han unido a nuestro equipo Sergio y Gábi como voluntarios. Del principio venían al refugio y pasear los perritos, jugar con ellos y ayudar a socializarlos.  Poco a poco se han involucrado más en la protectora y empezaron a participar en los eventos y también se dedican a la actualización de la página web.

Crecimiento

Con los años la asociación sigue creciendo porque se siguen acogiendo a los animales que lo necesitan, lo que ha generado más responsabilidades y nuevos retos por lo que se hace indispensable la ayuda de más colaboradores, socios y voluntarios. Desde aquí, la Associació quiere agradecer la enorme ayuda que ya nos ofrecen todos los socios, padrinos, voluntarios y colaboradores ya que, sin ellos, este proyecto de amor animal y humano no sería posible, y seguimos queriendo ampliar esta familia que vela por el bienestar de todos, los que están y los que necesitarán estar.

En la actualidad

La Associació d’Amor als Animals Maria Adam nace con la voluntad de ofrecer amor y cariño a todos los seres vivos: personas y animales. Este es un proyecto humanista y animalista que funciona gracias al apoyo de muchas personas y familias, tanto las que forman parte de la asociación y viven en la Masía, como las que ayudan en el día a día de nuestro refugio. Esa es la razón por la que no nos gusta ser considerados una protectora: somos una asociación de personas que cree en la importancia del cooperativismo, en la importancia de que todos los refugios nos ayudemos mutuamente para dar una segunda oportunidad a todos estos animales, porque sabemos que trabajando y colaborando juntos podremos darles una vida feliz y justa. Y es este amor compartido lo que nos convertirá en una sociedad más justa y sin duda más feliz.