Nos gustaría contarte algunas historias reales
Son sobre los animales rescatados que hemos acogido en nuestro refugio, les dimos cariño y cuidado que necesitaban hasta el final más feliz – adopción por una gente buena. A veces son situaciones dramáticas cuando hay que actuar rápidamente, pero siempre vale la pena y nos da ánimo para seguir adelante con nuestra misión.
En la calle:

En nuestro refugio:

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Una perrita embarazada no tenía dónde ir y vivía en las calles de Granada. Estaba maltratada y tenía mucho miedo. Cuando vino su momento, buscó un refugio en un jardín dónde dio luz 7 cachorros. Una mujer les rescató y les trajo a su refugio. Nos ha contactado y los hemos traído todos aquí.
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Los pequeños han crecido y cada vez eran más guapos y simpáticos. Gracias a la ayuda de nuestra amiga veterinaria se han adoptado muy rápido y cuando pudieron separarse de la mamá, se fueron a sus nuevos hogares.
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La mamá al final también tuvo suerte y se la llevaron unos voluntarios nuestros a su casa, dónde le esperaba otro perrito Bruno.
Ahora los dos ya son amigos y ella poco a poco vuelve a confiar en la gente. Le pusieron nombre Mína y es una perrita maravillosa, muy cariñosa y lista.
Todos adoptados:




Su nombre viene de la salvación milagrosa que le ha liberado de la muerte segura. Estaba en una obra atrapado dentro de un encofrado. En último segundo el trabajador que iba a llenarlo de hormigón, se ha fijado de él. Tuvieron que cortar todos los hierros del forjado para poder liberarlo de la trampa y al final lo llevaron a nuestro refugio.
Actuaciones como esta demuestran que la buena gente con corazón todavía existe y se preocupa por los seres vivos.
Ha estado con nosotros poquito, ya que casi inmediatamente se ha ido a una casa nueva dónde le quieren y miman muchísimo.




Una furgoneta ha ido cargada de comida y medicamentos para los refugios ucranianos y de vuelta ha traído a España perros y gatos rescatados de refugios.
De los que vinieron, acogimos a Zipi, Zape, Cristina y Neu en nuestro santuario.
Gracias al cuidado de nuestro personal, los perritos miedosos se han convertido en unos animales felices y al final han encontrado sus familias en nuestro país.

Zipi

Cristina

Zape

Neu






Bruno ha vivido en una casa de ocupas y cuándo ellos se fueron, le dejaron allí cerrado abandonado, sin comida, sin bebida.
Un vecino con buen corazón nos avisó que el perrito estaba en mal estado y comía lo que había en la casa, como pantalones…
Ha tardado mucho en estar equilibrado, ya que tenía ansiedad por separación y estaba muy nervioso cerrado en una jaula.
Los voluntarios le sacaban de largos paseos, le daban mimos y por fin ha encontrado su hogar en una casa con jardín dónde puede jugar.
Hoy es un perro feliz y muy cariñoso.